Arquitectos

Pere Joan Ravetllat Mira

Carme Ribas Seix

Colaboradores

Javier Rui-Wamba, Carlos García (ESTEYCO), Estructura Miquel Camps, Instalaciones Toledo-Villarreal AT, Arquitectura Técnica

Fotógrafo

Adriá Goula

Lourdes Jansana

Situación

Barcelona

Fin de obra

07/12/2015

Fabricante de teja

Cerámicas Mazarron

 

El edificio del Mercado de Sant Antoni, construido según el proyecto del arquitecto Antoni Rovira i Trías y el ingeniero Josep M. Cornet i Mas en el año 1882, es uno de los edificios públicos más emblemáticos de l’eixample barcelonés. Ocupa una manzana entera, organizado en forma de cruz griega sobre las diagonales del trazado de l’eixample. El octógono central, cubierto con una cúpula de mayor altura, reproduce un cruce tipo de la trama Cerdà, y las naves, de veinte metros de ancho, son calles cubiertas del Ensanche

Estas naves están coronadas por cerchas de hierros soportadas por pilares de fundición, que a la vez conducen el agua interiormente funcionando como bajantes.

Cabe destacar la grandiosidad del edificio, conseguida por una sección escalonada que adquiere su momento más intenso en la cubierta del octógono central, y por una organización panóptica de la planta que permite experimentar la gran dimensión de la diagonal de una manzana de l’Eixample. Precisamente, la recuperación de la cubierta de teja cerámica vidriada y el cimborrio central revestido de piezas de terracota son los elementos recientemente finalizados. La cuidadosa geometría de las cubiertas del mercado de Sant Antoni hace que en la transición desde las naves en el octógono central sea especialmente relevante el dibujo de las cubiertas. La implicación de la teja

y la cerámica con el resto de elementos estructurales y constructivos del mercado hacen que se conviertan en un elemento imprescindible del conjunto. Las piezas de terracota vidriadas con relieves decorativos, que constituyen la fachada del cimborrio, se han reproducido idénticamente a las originales para poder restaurar fielmente el conjunto de la fachada.

El paso de los años había desfigurado la cubierta original, sustituyendo la teja por placas de fibrocemento sustentadas por los cabios de madera originales. El proyecto ha recuperado su acabado de teja cerámica de dos colores, colocada sobre paneles sándwich de madera. Estos paneles constan de un mostrador hidrófugo un aislamiento de 9 cms y un acabado de madera tipo osb. También se han mantenido, cuando han sido posibles, las correas de apoyo. Aunque el edificio tiene su parte superior permanentemente ventilada, tal y como era originalmente, la colocación del panel descrito mejora notablemente el comportamiento térmico del edificio al reducir el impacto solar. También se han rehecho los lucernarios sobre las naves que en algún momento habían sido cegados. Los cristales actuales aminoran la radiación solar y los rayos ultravioletas haciendo compatible la preservación de la luz natural con la confortabilidad de los usuarios.